Capas composicionales de la Tierra
Corteza: se divide en corteza continental y corteza oceánica. La corteza oceánica tiene alrededor de 7 km de espesor y está compuesta por rocas ígneas volcánicas (basalto). Estos materiales tienen una edad no superior a los 180 millones de años y una densidad media de 3 g/cm3. Por el contrario, la corteza continental tiene un grosor promedio de 35 km, pudiendo llegar a 70 km debajo de las grandes cordilleras, y está compuesta por muchos tipos de rocas diferentes. Presenta algunos materiales sumamente antiguos (hasta 4000 millones de años) y una densidad promedio de 2,7 g/cm3.
Manto: se extiende luego de la corteza hasta una profundidad de 2900 km, por lo que representa más del 82% del volumen de la Tierra. El tipo de roca dominante es la peridotita.
Núcleo: composicionalmente, es muy homogéneo: una aleación de hierro y níquel, con cantidades menores de oxígeno, silicio y azufre, elementos que forman fácilmente compuestos con el hierro. Tiene una densidad media de 11 g/cm3, llegando a 14 g/cm3 en el centro de la Tierra.
Capas mecánicas de la Tierra
El interior de la Tierra se caracteriza por un aumento gradual de la temperatura, la presión y la densidad con la profundidad, lo cual afecta las propiedades físicas y, por lo tanto, el comportamiento mecánico de sus materiales. De acuerdo a este criterio, la Tierra presenta cinco capas principales:
Litosfera: capa externa que comprende la corteza y la parte superior del manto. Tiene un espesor medio de 100 km y sus materiales, si bien tienen composiciones químicas notablemente diferentes, se comportan como una unidad rígida y resistente.
Astenosfera: se extiende debajo de la litosfera hasta una profundidad de 660 km. Se trata de una capa de comportamiento plástico. La parte superior de la astenosfera presenta condiciones de temperatura y presión tales que se encuentra parcialmente fundida. Debido a ello, la litosfera está como separada de la capa inferior, y en consecuencia, se puede mover con independencia sobre la astenosfera.
Mesosfera: se encuentra entre 660 y 2900 km de profundidad. Esta capa es un poco más rígida que la astenosfera, aunque sus materiales son capaces de fluir de una manera muy gradual.
Núcleo externo: es una capa líquida de 2270 km de espesor. Las corrientes convectivas del hierro metálico generan el campo magnético de la Tierra.
Núcleo interno: es una esfera de 1216 km de radio. A pesar de su temperatura más elevada, el material del núcleo interno es sólido.